¿Te lo vas a perder?

Los nervios de los últimos minutos, las cosas que quería que probásemos y no pudimos. La escena que quería que pasaramos y no pasamos, los estribos que no queríamos perder y ai... Casi perdemos. Encerrados entre las bambalinas y abrimos las puertas: entra el público entre la penumbra del escenario, ya listo y con el telón descorrido: listo. Al fondo unas luces, cerca de la sala técnica, no vaya a ser que se tropiecen. Les damos paso, uno a uno dándoles nuestro díptico. Esperamos a los últimos, unos justos; otros despistados. Respiro hondo, me voy a la sala técnica con un compañero que acabo de conocer y me va a echar un cable, repasamos los procedimientos. Los actores deben estar jodidamente nerviosos ahí detrás en la penumbra. Afirmo con la cabeza. Música dentro, luces dentro... Empieza la función.

Hoy a las 19.30h repetimos de nuevo, ¿Te lo vas a perder?

Por fín, después de seis meses el viernes pasado un poco más tarde de las 19.30h, sobre las 19.39h empezaba el principio del final. La actuación como cualquier estreno que se valga tuvo sus pequeños fallos, pero salió... ¡pues bien! Salió como esperábamos y la gente respondió muy positivamente. Aldrededor de 130 personas (mucho para nosotros, ¡no podíamos esperar más!) se juntaron para arroparnos y para mostrarnos todo su entusiasmo. Grabamos a medias la función, así que quedará una grabación cuasi-anectdótica y con cortes del estreno, en teoría, hoy es la buena... para grabar, ¡crucemos los dedos!